martes, agosto 23, 2011

XIV Encuentro de Críticos de Cine, un buen balance.

 Por: Germán A. Ossa E.


[Publicado en el Dario del Otún]


Gracias al Ministerio de Cultura, al Fondo Mixto de Promoción Cinematográfica -Proimágenes Colombia-, al PAN; a la Gobernación de Risaralda, a la Secretaría de Deportes, Recreación y Cultura; a la Alcaldía de Pereira; al Instituto de Cultura, a Comfamiliar Risaralda, al Museo de Arte de Pereira y su Cine Club “Borges” y a ese puñado de entidades, firmas y amigos que de verdad creen y respetan nuestro proyecto, llegamos a un muy feliz término en esta catorceava versión del Encuentro Nacional de Críticos y Periodistas del Cine el fin de semana inmediatamente anterior (12 al 15 de agosto).

Invitados de la talla de Belkis Vega, realizadora cubana de Cine Documental,  premiada en infinidad de festivales en todo el mundo, Corresponsal de Guerra en África, Angola, Irán y otros sitios difíciles, pudimos ver su hermosísimo documental “Viviendo al límite”, sobre el VIH que refleja en sus protagonistas ese vigoroso aferramiento a la vida, dando una muestra de amor al prójimo infinito; al realizador ecuatoriano Juan Martín Cueva, quien también nos presentó un trabajo que fuera premiado en muchos países y que narrara un trozo de la vida política y social de Chile, Ecuador, Francia y Nicaragua en una película que dejó a los espectadores asistentes quietos en sus sillas. La extraordinaria intervención de la profesional en cine latinoamericano con un doctorado en cine colombiano, Anne Burkhardt, de Alemania, quien hizo entrar en razón a muchos de los participantes en este encuentro  sobre cómo debemos mirar nuestro cine, por encima de intentar condenarlo siempre al olvido, y del joven realizador cubano Alexánder Dieppa, quien destacó el fundamental papel que juega la crítica en su país, promoviendo a jóvenes realizadores por el camino de la excelencia.
Con la colaboración del Cine Club “Borges”, este año el encuentro proyectó doce extraordinarias películas dedicadas todas al cine allá en su sede: el Museo de Arte de Pereira, como preámbulo al  XIV Encuentro y durante el mismo y cinco días después, las películas ecuatorianas que trajo el realizador de ese país invitado, las cuales tuvieron una asistencia significativa.  Las cintas cubanas, los documentales ecuatorianos, los cortos ganadores en el pasado Festival de Cine “El Espejo” y los videoarte ganadores en la V Bienal de VideoArte convocada por el BID, por cuanto nuestra organización tiene la exclusividad por pertenecer a su itinerancia con organizaciones culturales importantes en el mundo.
Proyecciones


Cortometrajes
Se inscribieron 9 trabajos, los cuales fueron mirados por un Jurado Calificador conformado por el Crítico Juan Guillermo Ramírez y el Director del Festival de Cortometrajes “El Espejo” de Bogotá, quienes consideraron que el mismo debía declararse desierto dada la falta de desarrollo dramatúrgico en todos ellos y en otros muchos, una carencia total de conocimiento del lenguaje cinematográfico y sus exploraciones técnicas, otorgando solo una Mención de Honor al microcortometraje “Estatuas Humanas” de Francisco González.


Otras actividades
Una Mesa Redonda sobre la Crítica de Cine en Colombia, un conversatorio sobre el cine colombiano, la lectura y debate sobre una serie de miradas al cine desde los géneros y las nuevas tendencias y el análisis compartido con todos los asistentes de los cortos, medios y largometrajes de todo tipo que pasaron por la pantalla del sitio de encuentro, contribuyeron a vivir una muy grata experiencia en esta nueva oportunidad crítica y cinematográfica.
Como en otras oportunidades, cada evento de estos tiene la oportunidad de ceder un espacio en su desarrollo para que los directores promocionen los festivales de sus regiones. Fue así como  se presentaron los Festivales de Cine de “San Agustín”, el “Samán” de Viterbo, el de “Ojo al Sancocho” de Ciudad Bolívar en Bogotá, el  Internacional de Cortometrajes “El Espejo” de Bogotá, el de “Mosca Muerta” de cortos de Manizales y el II Foro Internacional de Cine de Bogotá.


La asociación
Producto de la Mesa Redonda sobre la crítica de cine en nuestro país, surgió la idea de reconstruir la Asociación Colombiana de Críticos de Cine, en la que se aprobaron los estatutos y se conformó la que sería a partir de este momento,  la Primera Junta Directiva:
- Presidente: Germán A. Ossa E. (Encuentros Nacionales de Críticos de Cine de Pereira)
- Vicepresidente: Gustavo Valencia (Foro Internacional de Cine de Bogotá)
- Secretario: John Harold Giraldo (Semana.com)
- Tesorería y Gestión: Guillermo Ovalle (Festival de Cine de “San Agustín”)
- Oficina de Prensa: Jaime Ponce (RCN), Karen Arias y Javier Ríos (Medios electrónicos y virtuales)
- Relaciones internacionales: Juan Guillermo Ramírez (Cinemateca Distrital) y Felipe Moreno (Festival Internacional de Cortometrajes “El Espejo”).
- Vocales: Anne Burkhardt, Juan Diego Velásquez, Rafael Urrea.

sábado, agosto 20, 2011

Mariano Llinás o el arte de narrar.

Por:  Juan Guillermo Ramírez *

Conferencia presentada en el XIV Encuentro Nacional de Críticos y Periodistas de Cine, ciudad Pereira, agosto de 2011.

El gato que está triste y azul nunca se olvida que fuiste mía.
Roberto Carlos

La aventura es un código narrativo que hemos transitado cientos o miles de veces en nuestra vida de lectores-espectadores. Piratas, vaqueros, detectives y soldados nos han enseñado ese terreno al dedillo; cualquier mayor de edad puede adivinar cómo va a terminar una historia de ésas, incluso por qué camino. A partir de ahí sólo nos queda ser algo complacientes, nostálgicos, posmodernos, frente a la nueva maquinación cinematográfica que intente ese camino que con Los cazadores del arca perdida, Spielberg comenzó, incorporando a ese espectador veterano con guiños especialmente destinados. 

Las historias de aventuras son consideradas cultura juvenil, incluso infantil –de Stevenson a C.S. Lewis, pasando por El Hobbit de Tolkien- no por una discriminación ideológica ni porque se denigre a sus autores, sino porque nunca más vamos a asombrarnos como lo hacíamos a esa edad. Son experiencias irrepetibles, que uno recuerda toda la vida. Nunca podré olvidar cómo seguí, a los diez años, el texto completo del Miguel Strogoff de Julio Verne, con la ayuda de un atlas abierto en el mapa de Rusia, marcando con el dedo el recorrido del correo del zar, mientras leía acostado en el sofá de la sala. O el primer capítulo de La isla del tesoro, esa mezcla de temor y avidez que me anunciaba el comienzo de una experiencia extraordinaria (el comienzo de esa novela debe ser el más maravilloso escrito jamás; aún hoy me deslumbra, así como la ingeniería de Stevenson en esa novela). Uno busca en un libro, o en una película, o en una historia oral, eso que no conoce: lo distinto, lo exótico, lo lejano. Y cada vez que nos entregamos a leer-mirar-escuchar una nueva historia, se levanta una apuesta entre contador y oyente: a ver si me sorprendes dice uno, no vas a adivinar piensa el otro. A medida que crecemos, las sorpresas son cada vez menos, necesitamos algo más; el placer se vuelve intelectual, resignado, paciente. 

Pero he aquí que Mariano Llinás nos dice no, yo te voy a llevar de nuevo al pasado, al tiempo en que todo era nuevo. Lo dice desde el título de su película Historias extraordinarias, la duración, los créditos que anuncian varios directores de fotografía, incluso ¡varios narradores! ¿Qué es esto que necesita de varias voces en off?

El escenario es inicialmente trivial: El repetido paisaje de los pueblos de campo de la Provincia de Buenos Aires. Un paisaje de hoteles, de oficinas aletargadas, de estaciones de servicio, de rutas atestadas de camiones, de caminos de tierra solitarios y vacíos. En ese cosmos preciso y detallado, el film acomete tres historias paralelas. Las historias nunca habrán de cruzarse; no es la convivencia de sus personajes ni de sus argumentos lo que las relaciona. Sus puntos de partida serán clásicos. La primera: Un hombre se ve envuelto por azar en una situación violenta en la que, sin quererlo, mata a alguien y debe ocultarse. La segunda: Un hombre ocupa, en un lugar de trabajo, el puesto de otro, a quien no conoce y que acaba de morir. Ese otro, en quien nadie ha reparado nunca, se presenta como un enigma cada vez más complejo. La tercera: Un grupo de hombres discute acaloradamente sobre un tema, vagamente científico. La discusión gana en intensidad hasta que acaba convirtiéndose en un desafío. Ese desafío enviará a un tercer hombre a un viaje que nunca acabará de comprender del todo.A partir de esos comienzos (comienzos que ya han transitado, en su momento, Hitchcock, Poe y Verne), el film se abre a una trama compleja y variadísima, de historias que llevan a otras, que se desdibujan y transforman, hasta conformar una suerte de enciclopedia de los tópicos de la aventura clásica: animales salvajes, viajes por el río, mapas con cruces e inscripciones, nombres de barcos, tramas detectivescas, personajes que desde el encierro resuelven complejos enigmas, personajes que creen resolver enigmas y se equivocan, mujeres enamoradas, mujeres espiadas a través de una ventana, mujeres nunca vistas pero imaginadas, establecimientos de campo abandonados como si fueran barcos después del naufragio, incendios, inundaciones, cartas que llegan de países lejanos para personas que han muerto, edificios fantasmagóricos en medio de la llanura. Las mismas cosas de siempre, pero distintas. Las ficciones de siempre, pero nuevas. Nuestro paisaje cotidiano, que ya no habrá de ser el mismo. Llinás abre con una escena memorable y mimética: el encuentro de un personaje gris, mediocre, es decir alguien como nosotros, con la Aventura. No importa la profesión de X dice el narrador, lo que importa es que no es ni escritor ni arqueólogo ni ninguna de esas profesiones que despiertan interés en su interlocutor. Ni siquiera tiene nombre: no lo merece. X es uno de nosotros. 

domingo, agosto 07, 2011

Corto; luego existo.

Breve descripción de la exhibición del cortometraje.
Por: Felipe Moreno Salazar

El movimiento de cortometrajes en el mundo es global, hace tangibles la interculturalidad y eficacia comunicativa del arte audiovisual, impulsa el desarrollo expresivo de las imágenes en movimiento, fortalece cinematografías nacionales y continentales; contiene todos los elementos sociales, económicos y profesionales de una expresión artística y cultural contemporánea.

Los cortometrajes pueden ser vistos en las ventanas propias del material audiovisual: muestras y festivales, cadenas de salas de cine, lugares de estudio y exhibición (desde cinematecas a centros de arte digital), televisión e Internet. 

En España existen más de 300 eventos, 60 destacados. Alcine, de Alcalá Henares, tiene 41 años y el de Huesca, 39 años. Cada país de la Unión Europea tiene mínimo treinta festivales para el formato, más los de Asia, Norteamérica, Latinoamérica y África.

Los cortometrajistas colombianos pueden acceder a 61 festivales internacionales por medio de la convocatoria de estímulos automáticos del Fondo de desarrollo cinematográfico .

En Colombia la programación de festivales y muestras tiene aproximadamente un sesenta por ciento de cortometrajes. Eventos especializados o grandes circuladores del formato son: Cine a la calle (Barranquilla), El Espejo (Bogotá),Invitro Visual (Bogotá), Surrealidades (Bogotá), los Festivales de Popayán, Villa de Leyva, Neiva, Manizalez, Pasto, Loop, el Encuentro Nacional de criticos de Cine de Pereira y La Caja de Pandora de Santa Fe de Antioquia. Festivales experimentales como el de Tunja, Cine Toro y Experimenta Colombia y los festivales “grandes“ como: Bigocine, Cartagena y Cali. En las muestras destacan por su continuidad: Ojo de Gato en Neiva, Estudios Takeshima e Intravenosa en Cali. Ojo al sancocho en la localidad de Ciudad Bolívar en Bogotá, el Festival de cine y video comunitario de Aguablanca en Cali y La Muestra Audiovisual de La Comuna 13 en Medellín, hacen real el audiovisual local y comunitario. 

En las cadenas de salas de cine se pueden ver cortometrajes antes de los largometrajes. Los exhibidores al presentar cine corto disminuyen 6.25% del 8.5% que deben aportar al fondo del desarrollo cinematográfico. Algunos cortos puestos en esta ventana están producidos por los mismos exhibidores y se rotan desde la cadena de cine más grande a la más pequeña; todos los productos exhibidos son de siete minutos. En esta medida existe un antecedente de beneficio a la empresa cultural dado a los exhibidores, algo entendible para quienes desarrollen el proceso de formación de públicos abriendo nuevos mercados; pero no para comerciantes que inundan las pantallas con un solo tipo de producto. 

Los lugares de estudio del audiovisual, los cineclubes y cinematecas, como la Cinemateca del Caribe y la Cueva en Barranquilla, la Cinemateca Distrital de Bogotá, el Centro Colombo Americano de Medellín y La sala la Tertulia de Cali, son exhibidores normales del formato. 

En televisión existe (sin un futuro claro) Opera Prima de Señal Colombia, La otra Mirada de Canal Caracol y El Espejo, que se emite en canales regionales y comunitarios. Canal U, Canal Une y Canal Zoom, han lanzado convocatorias de cortometrajes para programas de televisión, que todavía no están siendo emitidos.
En Internet existe la más amplia oferta de cortometrajes: múltiples realizadores utilizan las redes sociales y los servidores de vídeo para dar a conocer sus obras. La tarea es navegar para descubrir el material valioso.

Los cortometrajes son indispesables por las apuestas estéticas, las búsquedas de lenguaje y la definición de nuevos talentos. Son tan importantes como los largometrajes en el audiovisual. El cine en una discusión en plano secuencia podría decir: Corto; luego existo.