viernes, diciembre 09, 2016

Fidel y el cine

 Por: Germán A. Ossa E., Geross.

«Si no sobrevivimos culturalmente, tampoco sobreviviremos económica ni políticamente

                                                                            Fidel Castro
                                                                                                                                            
Dos veces nos topamos con el Comandante en el Palacio de la Revolución en La Habana. En ambas ocasiones, dentro del marco del Festival Internacional de Cine que siempre se lleva a cabo durante la primera quincena diciembre. Uno de los mejores festivales de cine del mundo.

A él, es decir, a don Fidel Castro, Latinoamérica le debe la fuerza, la fama, la potencia, la gracia, la notoriedad política e histórica, que caracteriza a ese cine que ha hecho Cuba desde cuando triunfó la revolución, pues fue con el cine, con lo que empezó el Comandante a crear las leyes y políticas culturales más fuertes que un líder latinoamericano haya concebido en nuestro continente. Gracias a esa decisión, en los primeros días de 1959, se creó un departamento cinematográfico dentro de la Dirección de Cultura del Ejército Rebelde, la cual produjo el documental «Esta tierra nuestra», de Tomás Gutiérrez Alea, y «La vivienda», de Julio García Espinosa. Este departamento fue el antecesor de lo que se convertiría en el ICAIC (Instituto Cubano del Arte y la Industria Cinematográficos), fundado en marzo de 1959, como resultado ya de la primera ley de cultura. Al período comprendido entre 1959 y 1969, muchos críticos cinematográficos lo bautizaron como la «Época de oro del cine cubano», pues de allí salieron cintas como “Lucía” (1968) de Humberto Solás y “Memorias del subdesarrollo” (1968) de Tomás Gutiérrez Alea. Estos dos directores son catalogados como los  mejores que ha tenido Cuba. En 1974 recibió mucha difusión el documental «De cierta manera», de Sara Gómez, una inteligente crítica del machismo y el racismo aún existentes en Cuba.  Memorias del subdesarrollo fue seleccionada entre las 100 mejores películas de todos los tiempos por la Federación Internacional de Clubes de Cine, pero probablemente la más notable de la última década del siglo XX fue la película «Fresa y chocolate» (1993) de Tomás Gutiérrez Alea y Juan Carlos Tabío. Trata sobre intolerancia y presenta la amistad entre un homosexual y un joven revolucionario militante de la Unión de Jóvenes Comunistas. Fue la primera película cubana nominada a los premios Óscar.

El importante director de fotografía Néstor Almendros fue expulsado de la revista Bohemia por elogiar un filme de Jiménez Leal y Cabrera Infante. También fue censurado por su documental Gente en la playa, realizado en una playa del litoral habanero.

Otra rama del cine cubano es el de documentales y cortometrajes. El documental «Now» (1965) de Santiago Álvarez es considerado por algunos críticos como el primer video clip en la historia. El documental combina una canción con una sesión ininterrumpida de imágenes que muestran la discriminación racial en los Estados Unidos.

Los dibujos animados cubanos se iniciaron en 1974, con el filme «Elpidio Valdés», un personaje que representa a un guerrero mambí batallando por la independencia cubana de la ocupación española en el siglo XIX. Fue popularizada entre los niños cubanos. Otro filme de animación destacado fue «Vampiros en La Habana» (1983), también de Juan Padrón. En 1977, se crea en la Habana los Talleres de Cine-Debate en el Teatro Varona de la Universedad de la Habana, por parte del Dr. Raimundo Torres Díaz, de este grupo surge la idea de la creación del Movimiento Nacional de Cine Aficionados de Cuba, compuesto por Raimundo Torres Díaz, Sergio Vitier García Marruz (profesor de música en el cine), Jackie de la Nuez (profesor de Guión Cinematográfico), Bárbara Beltrán Camejo (profesora de música en el cine), Rolando Baute (edición y montaje del ICAIC), Tomás Gutierrez Alea («Titón») quien fuera profesor de Dirección Cinematográfica de dicho Movimiento de Cine Aficionados, Tito Junco (profesor de Actuación Cinematográfica), Héctor García Mesa (profesor de Historia en el cine). Este Movimiento creó la primera escuela de cinematografía de la Habana. La actividad del Movimiento Nacional de Cineaficionados de Cuba, cesa en 1981 con la emigración de sus principales directores. Este Movimiento de Cineaficionados editaba su propia revista de cine sin aliños políticos de ninguna especie y contó con una participación de más de 30,000 miembros activos.

Otro ícono del cine cubano fue el Noticiero ICAIC Latinoamericano, dirigido por Alfredo Guevara, presidente durante muchos años del ICAIC. Meses después fue orientado por el director Santiago Álvarez y el mexicano Rodolfo Espino, productor de documentales. Otro evento importante es el Festival Internacional del Nuevo Cine Latinoamericano, el cual se celebra cada año en La Habana desde 1979.

La Escuela Internacional de Cine, Televisión y Video de San Antonio de los Baños ―localizada en San Antonio de los Baños, en inmediaciones de La Habana―, financiada por la Fundación del Nuevo Cine Latinoamericano y Gabriel García Márquez, fue la continuación de la escuela del Movimiento Nacional de Cineaficionados de Cuba (MNCAC) creada también para que estudiantes latinoamericanos fueran a Cuba a estudiar dirección, guión, fotografía y edición.

El ICAIC también contiene la Cinemateca de Cuba que al frente del fallecido Héctor García Mesa obtuvo los niveles más altos de Calidad en sus trabajos e inició el programa de Cinemóviles, que ha llevado el cine a regiones apartadas de las urbes. El ICAIC ayudó a promocionar el Grupo de Experimentación Sonora, entre 1969 y 1977, el cual influenció y patrocinó la música de Cuba, en especial la Nueva Trova. Figuras como Silvio Rodríguez, Pablo Milanés y Leo Brouwer, fueron algunos de los artistas que participaron en el programa. Es pues el responsable de gran parte de la gloria cultural que Cuba se ha dado a sí misma y que le ha dado al mundo.