Por: Germán A. Ossa E., Geross
Director:
Otto Preminger
Intérpretes:
Dorothy Dandridge, Harry Belafonte, Olga James, Pearl Bailey.
Última película del Ciclo “Ópera y Ballet” que tendremos
oportunidad de ver en el marco de los talleres de apreciación cinematográfica
que dictamos en la sala alterna del Santiago Londoño, auspiciados por el
Instituto de Cultura de Pereira el miércoles de la semana que viene a las seis
y media de la tarde.
Carmen Jones (Dorothy Dandridge) es una seductora trabajadora
de una fábrica de paracaídas que intenta robar el corazón de Joe (Harry
Belafonte), un soldado enamorado de Cindy Lou (Olga James), su novia de toda la
vida. Cuando tras una reyerta femenina, Joe sea obligado a acompañar a Carmen a
la prisión, ésta terminará conquistándolo y atrapándolo en una peligrosa
vorágine de ofuscación afectiva.
Un sobrevalorado musical de Otto Preminger, cuya mayor
significación es la utilización de un reparto completamente nutrido de
intérpretes negros, destacando entre ellos la presencia indomable y sensual de
la legendaria Dorothy Dandridge. Harry Belafonte empezaba a ser reconocido
apenas.
La película adapta la ópera de Georges Bizet (quién había
adaptado previamente la obra de Prosper Merimée) y es destacable por su música,
ya que las letras de Oscar Hammerstein Jr. suenan desafinadas en más de una ocasión,
en especial en los momentos más melodramáticos, y los números musicales carecen
de imaginación y excitación visual, a pesar del buen empleo de ese incipiente
Cinemascope por parte de Otto Preminger.
La historia de obsesión y perdición amorosa, celos
patológicos y aguerrida “femme fatale”, es bien conocida por todos, pero
variando escenarios y nombres. José es Joe, la cigarrera es una fabricante de
paracaídas, el militar español en la época napoleónica es un soldado del
ejército estadounidense en plena Segunda Guerra Mundial y el torero aquí, es un
boxeador.
Dorothy Dandridge, que sería nominada al Oscar como mejor
actriz, siendo la primera persona negra en conseguir una nominación como
intérprete principal (Hattie McDaniel había logrado con anterioridad la
estatuilla como mejor actriz secundaria), y Harry Belafonte, ese popular
vocalista de calypso y baladas románticas con escalofrío, forman una pareja muy
atractiva y, aunque ambos eran más o menos conocidos cantantes, no emplearon
sus verdaderas voces en este título, siendo doblados por Marilyn Horne y Le
Vern Hutcherson, más dotados para los registros operísticos.
Hermosa cinta poco difundida, que se distribuyó con pánico en
los cines comerciales manejados por Hollywood (la meca del cine pero mafiosa al
fin y al cabo), tiene ahora una espectacular oportunidad para ser apreciada por
los verdaderos amantes de la Ópera y obvio, del excelente cine.