Por: Germán A. Ossa E., Geross.
Quién sabe cuántas horas habrían
pasado mientras este grueso número de bailarines se habían ocupado en ensayar
este extraordinario montaje. Cuántas gotas de sudor caerían al piso de la sede
de esta bella Escuela y cuántos golpes (leves o fuertes) se habrían dado los
niños y/o jóvenes que hacen esta calidosa agrupación, para armar, tejer y concebir
este montaje que a decir verdad, es como una película.
GRADUACIÓN
Cuando se apagan las luces en el Teatro Santiago Londoño y la pantalla de la
sala recibe un haz que se dispara desde una cabina de proyección para dar vida a una serie de dibujos (que son el “Comic”, el origen, la razón de
ser de la historia que se contará con música y danza) que sirven para
definirnos a los personajes que veremos en escena, ya de carne y hueso y llenos
de color, la adrenalina se va posesionando de todos los cuerpos que habitan la
sala.
Ese prólogo, inteligente, práctico,
aclaratorio, hecho con una calidad suprema, arrastra de paso la ficha técnica
que arma el espectáculo, ilustrando a los espectadores sobre qué y quiénes lo
llevarán a la práctica. De un lado, los profesores, reconocidos bailarines que
tienen un palmarés destacado y algunos alumnos sobresalientes, ocupan los
papeles protagónicos y de otro, los muchos estudiantes, alumnos animados y
sedientos, que vestidos como lo han indicado los coreógrafos (Karla, Luis
Miguel y Kevin Tibocha), se posesionan de sus “papeles” de tal manera que lo
hacen tan a carta cabal, como si fueran a obtener el título de bailarines
profesionales. Es decir, con dicho espectáculo, los bailarines todos, se
entregan tanto, que hacen que el evento se lleve a cabo con muy exquisita
calidad.
¿QUIÉNES SON?
Los Súper Héroes entonces son: Kevin, Luis Miguel y Karla Tibocha (pura
sangre de Luz Marina Ruíz); María Alejandra García, David Clavijo, Juan Carlos
Morales, Alejandro Hernández, Paula Andrea Restrepo, Laura Correa, Marina
Gasca, Valentina Pérez, Andrés Giraldo, Nathalia Henao y María Camila Marulanda
y obvio, Luz Marina Ruíz, pues son ellos los que se visten de Capitán América,
Red Skull, Batman, Joker, Hulk, Iron Man, Mandarín y otros tantos personajes
fantásticos inventados por esos autores de historietas que tienen como misión
salvar el mundo. Aunque algunos lo quieran joder.
Con esta puesta en escena, Miluzka
desea rendir homenaje a todos aquellos gigantes anónimos que día a día
construyen futuro, mediante la fortaleza del trabajo, el amor por la familia y
esta hermosa tierra.
“Partimos
desde la confianza en sí mismos y en el otro, el respeto por la naturaleza, la
construcción de objetivos enfundados en los valores, compartiendo las
bendiciones que iluminan el camino, aportando un grano de arena que ayude a
contagiar las buenas acciones”.
EL CUERPO
HECHO ARTE
Uno no sabe cómo se arma una puesta
en escena como ésta. Deben sucederse una serie de ideas, de propuestas, las que
se ponen a consideración del grupo y de allí van saliendo planes y proyectos
que se van decantando hasta concretarse en una sola palabra y este año, el grupo,
Miluzka, profesores, estudiantes, directivos y directora, se animaron por
llegar a la famosa SUPERHÉROES y todo se puso a girar a su alrededor. Ya luego,
y como todos tienen el cuerpo como medio para escribir en un escenario las historias con mucha
elegancia, se animaron para construir esta película que solo en
vivo, al calor de la música seleccionada, con una escenografía perfecta que
describe la ciudad gótica propia de su hábitat primario, con un perfecto juego de luces de colores y
armados con bellísimos vestidos que describen los personajes famosos, nos
transportan a ese mundo que nos roba para siempre dos horas de nuestras vidas,
haciéndonos ver el mundo como si fuera un sueño también de mil colores y lo
mejor, posible.
Solo quisiera sugerir una cosa: que
nadie en la puesta en escena haga intervención alguna, pues sus voces se
entrecortan por la fatiga del esfuerzo de la danza perfecta y además porque los
bailarines deben hacer eso y no más. Lo que ellos expresan cuando hablan, corta
la dinámica de la historia y lo que ha de insinuarse, puede sencillamente
aparecer en un intertítulo, como un letrero, en la pantalla de fondo, para que
los artistas, sigan llenando el escenario con la magia de su cuerpo, que de por
sí es fundamental, pues ellos están hechos de danza, disciplina, respeto y
amor. Y nosotros, los espectadores, así lo reconocemos.
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