Por: Germán A. Ossa E., Geross.
Hoy el
mundo entero se encierra a ver en televisión lo que serán los premios que se
otorgarán a las cosas que se hicieron en cine el año inmediatamente anterior.
Yo, por ejemplo, no saldré como lo hago de costumbre a ver mercancías que no me
interesan en un Centro Comercial de la ciudad, pues destinaré las tres horas
que esta ceremonia se tarda en su transmisión para conocer de viva voz de sus
protagonistas lo que en los periódicos de todas las latitudes mostrarán mañana
como lo mejor del cine hecho el año pasado, sobre todo en Los Ángeles.
Trece
nominaciones para “La forma del agua” advierte que Guillermo del Toro el
mejicano, se llevará esa estatuilla dorada a casa por ser el mejor director y
de golpe, otras dos por su guion y mejor película. Y Don Christopher Nolan
retumbará en ese teatro por sus 8 nominaciones a “Dunkerke”, un bello trabajo
sobre la fea guerra. Sally Hawkins puy probablemente se animará a meter en su
cartera la estatuilla a mejor actriz por “La forma del agua”, si la guapa Meryl
Streep la deja, pues su rol en “Los archivos del Pentágono” vuelve y la pone en
el cielo.
Daniel
Day Lewis, extraordinario siempre, se sobra como mejor actor en “El hilo invisible”,
pero lo corretea de pronto el gran Gary Oldman, aquí gordo, haciendo de
Churchill en “El instante más oscuro”.
Pónganle
atención a Willem Dafoe, el feo, que se sobra en su papel de papá angustiado en
“El proyecto Florida”. Genial.
En esa
extraña categoría Mejor película extranjera, o cinta hablada en un idioma
diferente al inglés, nos gusta la chilena “Una mujer fantástica”, esa que ya
ganara un Oso de Plata en Berlín (guion), un Goya en España como mejor película
Iberoamericana, tres premios Fénix y la nominación a mejor cinta extranjera en
los pasados Globos de Oro. Está muy cerca.
Pero nos
gusta, nos encanta, nos llena la vida y el alma, la hermosísima cinta “Loving
Vincent”, muy por encima de “Coco”, que es bonita es verdad, porque es una película
diferente, arriesgada, tenaz, mágica, compleja y emocionante.
Polonia y
el Reino Unido son sus dueños. Su directora, Doña Dorota Kobiela le trabajó
durante más de cinco años, intentando hacer la primera película animada
completamente pintada al óleo. No en vano la conforman 65.000 tomas a un
trabajo manual realizado lentamente por 125 pintores que se seleccionaron entre
más de 5.000 aspirantes, quienes contaron al mundo espectador una parte de la
biografía del impresionista Van Gogh, relacionada con las circunstancias que
rodearon su muerte, en una narración propuesta a partir de la muerte del
cartero que entregabas las cartas escritas por su hermano Theo y que se adentra
en una inteligente investigación.
Ya fue
nominada al Globo de Oro este año; ganó el Premio a Mejor Película Animada en
la 30 Edición de los Premios del Cine Europeo en Berlín, es justo que se lleve
a casa, esa estatuilla que le ayudará a convertirse en un documento fundamental
para la historia del arte universal.