Por: Germán A. Ossa E., Geross.
Hoy quiero recordar tres genios del cine, muy distintos en
sus logros y que por coincidencia, nacieron un enero.
TOM MIX. Actor que participó en más de 160
westerns menores a lo largo de la década de 1920. Eran guiones orientados a la
acción que contrastaban con el estilo documental de su trabajo. Héroes y
villanos estaban muy definidos y el protagonista sin tacha siempre ganaba.
Millones de niños crecieron viendo sus películas los sábados por la tarde. Además,
Mix no se dejaba doblar, por lo que resultaba fracturado con frecuencia.
El salario de Mix en Fox alcanzó los 17.500 dólares
semanales. Gracias a ello, construyó una
instalación de 12 acres que semejaba una verdadera ciudad fronteriza, con una
calle polvorienta, saloon, cárcel, banco, etc., además de un desierto simulado,
un gran corral y otros accesorios.
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Federico Fellini: Fue un director de cine y guionista
italiano, considerado como uno de los principales protagonistas en la historia
del cine mundial. Ganador de cuatro premios Óscar y en 1993, fue galardonado
con un Óscar honorífico por su excelente carrera.
Durante casi cuatro décadas –desde El jeque blanco en 1952,
hasta La voz de la luna en 1990– y dos docenas de películas Fellini realizó un
retrato de una pequeña multitud de personajes memorables. Decía de sí mismo que
era “un artesano que no tiene nada que
decir, pero sabe cómo decirlo”. Su obra es ampliamente considerada como
única e inolvidable, llena tanto de asperezas como de sátira, y veladas de
melancolía.
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Y Serguei M. Eisenstein,
este mago ruso que realiza una espectacular película llamada El Acorazado
Potemkim, la cual construye en 1290 planos, combinados con genial maestría
mediante un montaje rítmico. Considera innecesarios los movimientos de cámara,
ya que el movimiento está determinado por la acción y por el montaje, por lo
que son escasísimos y sólo realiza varios travellings (la cámara sigue al
objetivo en movimiento). Se destaca
obviamente por su escena de la
escalinata, con 170 planos, en la que el pueblo es brutalmente agredido por las
fuerzas zaristas y donde crea un tempo artificial, que hace que la secuencia
dure casi seis minutos. Prescindirá de simbolismos intelectuales, y la
película, con una espléndida fotografía en la que la masa se convertirá en la
auténtica protagonista de la obra, acabará por ser considerada la primera obra
maestra del cine soviético.
Tras esta gran película realizará dos trabajos más, Octubre,
donde narra los sucesos del asalto al Palacio de Invierno durante la Revolución
rusa de 1917, y La línea general (también conocida como Lo viejo y lo nuevo),
film sobre la reforma agraria, aunque por los cambios en la colectividad
agraria en la Unión Soviética tuvo que cambiar su guión en varias ocasiones. En
estas dos obras, volverá a experimentar con un nuevo lenguaje a través de las
imágenes, pero por su complejidad no llegarán a ser muy bien comprendidas en su
época. Además, en La línea general su protagonista no será la masa, sino una
heroína individual, María Lápkina. El estreno de Octubre tuvo que
retrasarse cinco meses, pues en pleno proceso de postproducción, se enteró de
que León Trotsky había caído en desgracia, y tuvo que quitarlo de todos los
planos en los que aparecía en la película.
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