Por: Germán A. Ossa E., Geross
El Premio Óscar
(Premio de la Academia) o en inglés Academy Award, es un premio anual concedido por la Academia
de las Artes y las Ciencias Cinematográficas en reconocimiento a la excelencia
de los profesionales en la industria cinematográfica, incluyendo directores,
actores y escritores, y es considerado el máximo honor en el cine. El Óscar es
llamado oficialmente «Premio de la Academia al Mérito», y es el principal de
los nueve premios que otorga dicha organización anualmente.
El acto formal, en el cual los premios son presentados, es
una de las ceremonias más prominentes y prestigiosas del mundo, y es
transmitida en vivo anualmente para más de cien países. Es también la ceremonia
de premiación más antigua en los medios de comunicación, y sus equivalentes: el
Grammy iniciado en 1959 (en la música), el Emmy iniciado en 1949 (en la
televisión) y el Tony iniciado en 1947 (en el teatro) han seguido el modelo de
la Academia.
La primera ceremonia de premios tuvo lugar el 16 de mayo de
1929, en el hotel Roosevelt en Los Ángeles, en honor a los logros
cinematográficos obtenidos en los años de 1927 a 1928.
El Óscar a la mejor película extranjera (que es el que nos
interesa por lo de la película de Ciro Guerra), es entregado anualmente por la
Academia de Artes y Ciencias Cinematográficas estadounidense a un largometraje
producido fuera de Estados Unidos, en cuyo guion cinematográfico no predomine
el idioma inglés.
Cuando se organizó la primera ceremonia de los Premios Óscar
el 16 de mayo de 1929 para homenajear a las películas estrenadas en 1927 y
1928, no existía una categoría separada para las películas en lengua
extranjera. Entre 1947 y 1955, la Academia presentó Premios especiales u
honoríficos a las mejores películas en lengua extranjera, estrenadas en Estados
Unidos; sin embargo, estos premios no fueron concedidos de forma regular (no
hubo ningún premio en 1953) y no eran competitivos, ya que no había nominados,
sino simplemente una película ganadora por año. Para los Premios Óscar de 1956,
se creó un Óscar al Mérito de carácter competitivo, conocido como el Óscar a la
mejor película en lengua extranjera, para las películas de habla no inglesa, y
ha sido otorgado anualmente desde entonces.
A diferencia de otros Premios de la Academia, el Óscar a la
mejor película extranjera no es otorgado a un individuo específico. Es aceptado
por el director de la película ganadora, pero es considerado un premio para el
país que lo presenta. Con los años, el Óscar a la mejor película extranjera y
los premios predecesores han sido otorgados -de los 62 premios entregados por
la Academia desde 1947- 51 han correspondido a películas europeas, cinco a
películas asiáticas, tres a películas
africanas y tres a películas de América. El fallecido cineasta italiano
Federico Fellini, dirigió cuatro de las películas premiadas con el Óscar a la
mejor película extranjera, más que cualquier otro director de cine. Si se toman
en cuenta los Premios especiales, entonces el récord de Fellini es igualado por
su compatriota Vittorio De Sica. Por su parte, la película épica soviética “La Guerra
y la paz” (1967) es, de lejos, la película más cara y larga en haber ganado el
Óscar en esta categoría. Filmada durante varios años en la década de 1960, con
un presupuesto de más de $100 millones de dólares y con una duración de
aproximadamente siete horas, es la película más costosa hecha jamás en la
historia, medida en términos ajustados a cálculos promediados.
En cuanto a los filmes hablados en español, solo seis se han
adjudicado el premio —cuatro de España (“Volver a empezar” en 1982, “La Belle
Époque” en 1993, “Todo sobre mi madre”, en 1999 y “Mar adentro” en 2004) y dos
de Argentina (“La historia oficial” en 1985 y “El secreto de sus ojos” en 2009).
La nuestra, la que este año pelea con otras grandes este
premio, es hablada en jergas e idiomas raros, diferentes todos obviamente a la
lengua que se habla en la Meca del Cine. Ojalá ocurra el milagro.
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