Alcocer, Geross, Risquez, Dante, Douglas, Dael, Daniela y Juan Zapata |
La noche de inauguración, antes de ocupar la silla que nos
habían reservado para ver la «Intolerancia», una extraña lucha del amor a
través de los años, de David W. Griffith, cinta clásica muda de 1916 y de más
de cuatro horas de proyección, musicalizada en vivo, con la participación de
una preciosa orquesta y un grupo coral de la Universidad Nacional, a órdenes de
la batuta de la genial Gillian Anderson (veterana estudiosa de la música del
cine mudo norteamericana), en el lobby del Hotel sede del evento, nos
encontramos (sin conocernos) con Carlos Alcocer, Dante Silva y Alejandro
Guzmán, tres realizadores de cine mejicano, que fueron cómplices de esta
maratónica semana, en esa fría pero interesante Bogotá, que en gran medida nos alimentó con buen cine.
El Festival, que ahora cuenta con la misma edad con la que
murió Cristo, dirigido por el incansable Henry Laguado, ofreció a los amantes
del cine muchas películas, imposibles de verse en su totalidad, durante su corta
duración, pero gracias a la previa selección (curaduría) que se hace de lo
ofrecido, lo visto llenó de conocimientos, emociones, sabiduría y curiosidad, la
conciencia de quienes somos amantes del llamado arte del siglo XX.
Dividido en varias categorías: Cine de Ficción o Competencia
Oficial, Documental Social, Documental del Medio Ambiente, Documental Arte,
Cortometrajes, Premio Alexis y Premio
Unicef, las gratas sorpresas no sabía uno dónde se las iba a encontrar. Lo
curioso es que algunas de ellas las descubrimos en la habitación de dos de los
cineastas invitados: «Mirar con las manos», un precioso cortometraje de Carlos
Alcocer de México, invitado como Jurado y «El sabor de los nudillos», un
cortometraje de otro mejicano, Dante Silva, que nos dejaron saborear las
historias antes de que el público las enfrentara en las dispersas salas
capitalinas. La primera, tenaz, llena de magia, originalísima, excelentemente
bien contada, corta y precisa; y la segunda, muy humana, llena de amor por la
vida, el mismo que el director siente por ella en la vida real.
Un homenaje a Patrimonio Fílmico Colombiano, la empresa que
se encarga de preservar nuestra memoria visual, proyectando cintas calidosas
como «Raíces de piedra»; «Garras de oro» y «Alma provinciana» en sus 30 años de
existencia, se nos hizo fundamental y Ventura Pons, como siempre, es ideal para
clausurar con una historia loca suya, un Festival que se resiste a morir, pese
a que sus muchos enemigos (incluidos unos estatales de peso muy pesado) quieran
exterminarlo.
Mirar con las manos |
De entre esa maratónica colección de documentales sociales que
pudimos observar, destacamos «Mujeres al frente», en el que la española Lula
Gómez entrevista a siete destacadas mujeres colombianas que han dado su vida
por sembrarnos la esperanza. Y la bella cinta española «La sonrisa verdadera»,
en la que un muchacho que adora a su hermano, un autista que además es ciego y
que acepta su vida con una tierna sonrisa y que se desplaza como pez en el agua
por las carreteras españolas a puro pedal, en una bicicleta que sueña con un
mundo mejor, aún sin poder verlo como lo hacemos nosotros. Raro es que los
cineastas insistan en documentar las actuaciones de esos raros artistas que
viven en los semáforos, de los tóxicos que dañan nuestra naturaleza, de los
músicos que llenan plazas y escenarios y de rumbas de diversa índole que ponen
a bailar criaturas de ciertas formas y color, sin inyectarle una mirada novedosa
a sus propuestas cinematográficas y además, uno no sabe por qué el filtro del
Bogocine, dejó pasar para ser exhibido, ese cortometraje del Perú llamado
«Danubio azul» de Jonathan Medina, porque qué cosa tan mala.
Distancias cortas |
Va un abrazo a los cineastas, músicos, actores, actrices y productores que nos
regalaron sus experiencias, sus conocimientos y hasta sus secretos
cinematográficos sin misterio alguno, en esas noches del Festival de Cine de
Bogotá. A Carlos Alcocer (también escritor), de quien hubiéramos querido que
hubiera llevado a cabo su Taller de guión, de lo cual es un experto, a
Alejandro Guzmán, director que pícara y maliciosamente dibuja en secreto, a
Dante Silva por sus puños con guantes de boxeo eternamente amigable, a Marlon
Moreno que nos dejó ver su teaser sobre nuestra violencia y corrupción, que
prepara para convertir en serie de televisión bajo su excelsa dirección, a Juan
Zapata, Daniela Escobar, Dáel Linke y Douglas Limbach, quienes junto a Don
Marlon Moreno trajeron consigo la cinta «Another Forever», que va a brillar en
muchos festivales; al carismático Diego Risquez que nos enamoró con su
malquerido Ledesma, a Gillian Anderson, que sin hablar español, rió mil veces
con nuestras ocurrencias y obvio, a nuestro joven y permanente acompañante Jefe
de Prensa, Jonathan Rojas, que llegó siempre, siete minutos después de sus
horas señaladas, porque fueron los protagonistas de esta película que guardaremos
eternamente, en nuestra dócil memoria.
No hay comentarios:
Publicar un comentario