Llegaron a nuestra ciudad como en forma de sueño. Una escultura perfecta, que quieta allá en un pedestal dentro de un hotel del centro de nuestra ciudad espera a que le tomen fotos los pereiranos que aman el cine. Y vino con ellos. La vimos correr por un túnel y disparar en una pantalla grande del Teatro de la Cámara de Comercio.
Fabio Zapata y Germán Ossa. Fotografía tomada de El Diario del Otún (www.eldiario.com.co) |
Fabio Zapata, el genio de la técnica del 3D y
la animación digital y la magia de la fantasía en el cine de Hollywood que
hasta George Lukas respeta y admira, la tenía en la cabeza y describiéndola,
puso a Javier López, el escultor, a que le diera vida artística para que
pudiera ser tocada y acariciada por todos nosotros, los que creemos en sus
ideas. Zapata, el pereirano que respetan
los de la Meca del Cine, viajero
incansable y creador y hacedor de magias visuales, persiste en la idea de
convertir a Pereira en una ciudad cinéfila con verraquera. Y buscará por todos
los medios, los talentos que pueden haber escondidos quién sabe dónde y los pondrá
a hacer papeles protagónicos como los
suyos para contar historias que sorprendan más por su ingeniosidad que por la
maldad. Sigue insistiendo en la idea de hacer de nuestras escuelas y
universidades, focos de cineastas y de nuestras calles, nuestro verde y nuestra
pequeña geografía encementada, el escenario ideal para ubicar seres reales o
imaginarios que vivan, se reproduzcan, viajen, engendren, rían, maten o generen
vida, en historias que nuestros escritores inventarán luego de asistir a sus
espectaculares clases magistrales en las que nos enseñarán las magias del mundo
del cine ya aprendidas por ellos.
Fabio Zapata. Fotografía tomada www.eafit.edu.co |
Llegaron como por arte de magia, con
un Sandro Blattner, otro grande del mundo de la composición visual,
extraordinario armador de escenarios fantásticos imposibles, inventor de
catástrofes y hecatombes inimaginadas por Dios mismo, quien con una aterradora
humildad se ha puesto a la orden de quienes en nuestra ciudad quieran aprender
de su sabiduría infinita y quien en una amenísima charla, descrestó a los más
de cuatrocientos muchachos que llenaron la sala de la Cámara de Comercio el
viernes anterior, con sus nobles palabras y sus arrolladoras escenas ya
grabadas por los más importantes Estudios norteamericanos, poseedoras de los
más sorprendentes efectos imposibles de describir por narrador alguno. Y como
para demostrar que nada los llena, empacaron en sus inmensas maletas, a un
escritor que escondido detrás del nombre cartagueño-pereirano de Mauricio
Hoyos, remató de manera fantástica la más memorable de las experiencias
teóricoprácticas cinematográficas pereiranas, con una historia que siendo
personal, podría ser tenida en cuenta para un guión de una película que
sirviera de ejemplo de superación de nuestros pobladores que creen que los
sueños son inalcanzables.
Un abrazo grande a Chirry (nuestro
William Ospina) y a Carlos Ariel
Quiceno, quienes desde adentro de nuestra pequeña Pereira, nos abrieron las
puertas para dejar entrar esta
fantástica fantasía de la magia visual traída por todos ellos, porque de
verdad, nos hicieron creer que Narnia, sí existe y es de carne y hueso.
Gracias Fabio, eres más fuerte que Terminator, más noble que Zeta 7 y más sensible que Francisco, el
del Vaticano.
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