domingo, octubre 19, 2014

Cantinflas.



Por: Germán A. Ossa E., Geross.

En un Festival de Cine de Cartagena, por allá por los años ochenta, Don Mario Moreno, Cantinflas, (su verdadero nombre era Mario Fortino Alfonso Reyes), recibió, además de las llaves de la Ciudad Heroica, el aplauso, el cariño y la admiración de todos los que asistimos. Y en la noche de su presentación al público que llenó la gran sala del Centro de Convenciones, una ovación abrumadora, luego de que Don Víctor Nieto, el Director del evento, lo obligara a decir unas palabras que nos hicieron reír frenéticamente, pues al cabo de más o menos quince minutos de balbucear cantinfladas, solo explicó que fue del Hotel Caribe (donde había pernoctado) al teatro, para estar con nosotros y que por ello estaba allá donde le habían entregado una llave, que ni se la dejaban llevar para su casa y que ni servía para abrir puerta alguna.

Al día siguiente, en el mismo Festival (el que compartí con mi amigo Chucho Calle, pues dirigíamos el Cine Club Universitario UTP de Comfamiliar) el genio del humor mexicano narró de manera escueta, en una sencilla rueda de prensa, muchas de las cosas que cuenta el español Sebastián del Amo en la película que llegó a la cartelera comercial, y que hizo, según lo afirmó, para honrar la memoria del hombre y del artista.

Preciosa la actuación del  español Oscar Jaenada que hace tan difíciles papeles, el de Cantinflas y el del duro Mario Moreno, quien de manera fresca y ruda representa al antihéroe de los pantalones caídos que fuma, baila y se contonea como el cómico mexicano que ganara un Globo de Oro, que pudo haber sido de Yul Bryner o del mismo Marlon Brando, en 1956.

No es una película que cuenta una biografía, es una película que algunos hombres del cine hacen para mostrar a un actor grande del cine, que dejó profunda huella de su existencia y de su arte, que inmortalizó gestos y actos propios y únicos y por lo tanto, irrepetibles.

Les ruego a los espectadores que vayan a la sala a ver esta cinta, que no se levanten de la silla hasta que desaparezcan de la pantalla los créditos con las personalidades que en ella intervienen, pues se perderían esa bellísima escena en la que Oscar Jaenada, el español, recrea a Cantinflas bailando con Ravel de fondo “El Bolero de Raquel”.


El próximo miércoles, en el teatrino del Santiago Londoño, nos encontraremos para ver TANGO de Saura, un hermosísimo clásico cinematográfico que homenaje al tango, al cine y al género musical.

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