martes, septiembre 23, 2014

Nostalgia de la luz.



Por: Germán A. Ossa E., Geross.

Inolvidable documental que veremos este miércoles en nuestros talleres de cine.

Todos nos hemos tumbado alguna vez bajo las estrellas, y la sensación siempre es la misma: No somos nada en la inmensidad del universo. Aquí abajo parece que todo lo que hagamos o dejemos de hacer es lo que guía el universo, pero lo cierto es que ni siquiera el planeta se percata de nuestra presencia.

Para tener esta sensación, no tenemos que ir tan lejos, ni ser unos expertos en la vida entre las estrellas. Con cruzar el charco y aterrizar en Chile, tenemos suficiente para conocer en nuestra propia piel, lo poco que somos, incluso, en este inmenso planeta.

El desierto de Atacama es un paisaje lunar inmenso, además de espectacular. Un paraje inhóspito en el que unas pocas mujeres, laya en mano, buscan a sus seres queridos. Gente desaparecida durante  el Régimen Militar (1973-1990). Cuerpos abandonados en el desierto como si de simples trozos de carne se tratase.

La forma en la que Patricio Guzmán trabaja un tema tan escabroso como el de la búsqueda, durante más de 28 años, de los seres queridos de apenas un puñado de mujeres, es espectacular. Además de esto, la forma en la que une este tema con la astronomía, haciendo siempre uso de su voz como narrador, es fabulosa. Y no existe, creo yo, mejor comparación para que la gente de a pie, entienda el esfuerzo que exige a estas mujeres encontrar un cuerpo en semejante terreno como el de comparar su trabajo sobre las arenas del desierto, al de la búsqueda de una simple estrella en el interminable universo.  

Patricio Guzmán dirigió en la década de los setenta, entre otras, una trilogía documental, “La batalla de Chile”, que desde sus estrenos (ya que se compone de tres largometrajes), obtuvo una buena acogida y repercusión en todo el mundo. Desde entonces ha sido fiel a una constante y se ha movido a través del documental, aunque con el peligro de encerrarse en su mundo, o al menos teníamos esa idea, ya que son muchos años “documentándonos” desde un mismo punto de vista. 

Pero la gran sorpresa es que Patricio Guzmán en esta ocasión, más que nunca, ha universalizado su punto de vista, con lo cual nos demuestra que aunque se insista en una opinión, no se tiene que pecar de reiterativo y que, dentro del documental, se puede ir progresando, no ceñirse a la misma manera de contar. Si a todo esto se le suma rigor y un final maravilloso, nos resulta “Nostalgia de la luz”, un viaje a través del desierto de Atacama y del inmenso espacio, que desde esa latitud privilegiada, lo convierten en una zona ideal para el estudio de las estrellas, desierto en el que aún se buscan pistas o indicios de los miles de desaparecidos de la dictadura de Pinochet…

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