Por: Germán A. Ossa E, Geross.
Gracias a nuestro amigo Diego Restrepo y a su Taller
Creativo y Lúdico, que nos facilitó la copia de la película que hace
parte de la Maleta de Cine del Ministerio de Cultura, los amantes del buen
cine podremos ver este próximo miércoles la bella cinta "Los 400 Golpes” del
afamado realizador francés Francoise Truffaut.
Este genio era
hijo de Jeanine de Montferrand, quien
fuera secretaria en el periódico L'Illustration. Hasta los diez años de edad fue cuidado por sus abuelos maternos. La orfandad forma parte de sus personajes esenciales y originó
esa novela familiar que rodea varias de sus historias.

Una vez que dejó sus estudios, sobrevivió con pequeños
trabajos, como mozo de almacén. En 1947 fundó un cine-club, pero algunos
problemas económicos, los de siempre -el alquiler de las películas le condujo
al impago por fracaso- hacen que sea enviado por su padre adoptivo a un
correccional en Villejuif, del que fue sacado por el famoso crítico de cine
André Bazin, con quien hizo una fuerte e inteligente alianza que engendró
riqueza teórica al arte del Siglo XX.
Gracias a Bazin,
su referencia vital, François Truffaut empieza a trabajar en Travail et
Culture. A partir de 1950 escribe sus primeros artículos. Tras alistarse en el
ejército fue enviado a Alemania, pero deserta y pasa por la prisión militar. Es liberado por Bazin, alegando inestabilidad de carácter.
En 1953, con sus colegas innovadores, publica críticas en los “Cahiers du cinema”, una de las más prestigiosas revistas de cine del mundo. Este trabajo, que llega hasta 1959, también lo hace en
Le Parisienne, en Arts, Radio, Cinéma y Le Bulletin de Paris. La persona de cine
que más lo influyó fue Jacques
Rivette.
En 1954 dirige su primer cortometraje: Une visite.
En 1956 Truffaut fue ayudante de dirección de Roberto
Rossellini. Se casó en 1957 con Madeleine Morgenstern, hija de un distribuidor
de cine, siendo testigos André Bazin y Roberto Rossellini. Tuvo dos hijas,
Laura y Eva. Se separó en 1965, aunque mantuvieron relación y hasta convivencia
toda la vida, por amistad y por las hijas.
En 1958 rueda “Los cuatrocientos golpes”, que servirá
de carta de presentación al mundo del movimiento de la Nouvelle vague (Nueva Ola del
Cine francés), movimiento que encabeza junto a los duros Chabrol,
Rohmer, Godard, Resnais o Rivette. Tendrá un éxito espectacular: Cannes,
Acapulco, Fémina de Bélgica, Crítica de Nueva York, el Meliès, el Laurel de
David Selznick y Valladolid.
Spielberg lo incluyó, gracias a su profunda admiración, en “Encuentros cercanos de tercera fase”.
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