domingo, abril 19, 2015

Buscando a Gabo.



Por: Germán A. Ossa E., Geross
 
Gabriel García Márquez contado por sus amigos. Al menos 25 de los personajes más cercanos a él dieron un testimonio que habla del Gabo que pocos conocen, el escritor amigo, jefe de una tribu, con un poco de guajiro, que toca el tiple (el instrumento nacional de Colombia), el enamorado de sus raíces, el amoroso con su familia. Esos son los ingredientes del documental “Buscando a Gabo”, del cineasta Luis Fernando Pacho Bottía.

Al planear el documental como parte de una serie de homenajes "se quiso que se enfocara en el lado humano del personaje, que la literatura, el cine, el periodismo, en general su oficio de escribir, se viera a través de su lado íntimo y no mediante un análisis literario, cinematográfico o periodístico", dijo Pacho Bottía, en una entrevista.

"Hacer este documental significaba que García Márquez iba a ser visto a través de sus amigos, de las personas allegadas a él, no de las personas que lo hubieran estudiado o interpretado, sino las más cercanas y que fueran testigas únicas de los acontecimientos que íbamos a tratar: si íbamos a hablar de la entrega del Premio Nobel, significaba hablar con quienes estuvieron allá con él."

El resultado de este ejercicio fueron 55 horas de entrevistas a personajes como Álvaro Mutis, Plinio Apuleyo Mendoza, Meira Delmar, "que contó cosas como que Gabo toca tiple y llegaba a tocar tiple a su casa; también Lisandro Luque, Jaime Humberto Hermosillo, quienes han hecho dos películas con guiones sobre obras suyas y quienes me dijeron que cuando Gabo escribió Cien años de soledad daba clases en la Escuela, no sé si en el CUEC, y él (Hermosillo) era su alumno. Carlos Monsiváis, Mauricio Vargas, hijo de su amigo Germán Vargas; Enrique Santos uno de los codirectores de El tiempo, que trabajó con él cuando Gabo practicaba el periodismo militante".

El viaje por la vida de García Márquez fue de Aracataca a Barranquilla, Sucre, Zipaquirá, Bogotá, Cartagena, San Antonio de los Baños y la ciudad de México.

El primer reto que vimos”, añade Pacho, “es que sobre Gabo se ha hablado demasiado y pensábamos que no diríamos nada nuevo, pero hablando con su familia y algunos de sus hermanos, me di cuenta de algo que a lo mejor ni en la misma Colombia hemos percibido, y es su profunda ascendencia guajira, que es ante todo una parte indígena, aunque no tiene ascendentes de esa etnia. En la zona de la guajira hay toda una cultura de amistad, de la familia, por eso es que su hermano dice 'nosotros somos una tribu y tenemos un palabrero', que es Gabo, por eso le dan el bastón de la palabra y del humor.

De sus amigos, todos ochentones, me sorprendió su vitalidad, todos fuertes, lúcidos. Me di cuenta de que un punto vital es la importancia de la amistad, la amistad incondicional, que es una cosa guajira, y en todo el recorrido con sus amigos vi que la amistad es sagrada, y la complicidad es una virtud muy apreciada; el amor por las raíces como base de la creación y de la familia."

Su literatura y su obra lo hacen universal, pero la particularidad de García Márquez de ponerse siempre en el lado del otro, "lo hace entender a la persona, a las personas, con quien está. Tiene una sabia sencillez, porque premios Nobel ha habido muchos, pero él es un personaje singular.

"Ahora, este documental tiene un valor extracinematográfico, y es que significa lo mismo que sería si tuviéramos a los amigos de Cervantes o Shakespeare", señala el realizador. 

El documental, que contó con el apoyo del Ministerio de Cultura, Radio y Televisión de Colombia, y la Universidad del Magdalena, lo veremos el próximo miércoles, en un nuevo taller de apreciación cinematográfica en la sala alterna del Santiago Londoño.

Un bello homenaje en el día del idioma a un genio de la palabra.

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