martes, diciembre 03, 2013
lunes, diciembre 02, 2013
Cine clásico
Por: Germán Ossa E.
Muchas veces me he encontrado con personas que me abordan
para hacerme esa pregunta: ¿Qué es para usted cine clásico? Y a decir verdad,
no he encontrado hasta ahora, aun después de muchísimos años de ver y
enfrentar películas de todo tipo, una
respuesta certera, convincente, que satisfaga tanto a quienes lo desean saber,
como a mí, que soy tan apasionado al arte más nuevo que el hombre inteligente
haya podido inventar.
Toda la vida me ha descrestado el teórico e investigador
Eduardo Russo, pues desde que publicó su extraordinario libro “Diccionario del
Cine”, nos ha ayudado mucho a descubrir y redescubrir, el significado de muchas
palabras, conceptos y teorías que sobre el cine se ponen en el camino de la
imaginación y la inteligencia.
Un poco en síntesis, llega uno a pensar que una cinta
clásica, en términos generales, es esa que es capaz de poner de acuerdo a
diversos tipos de públicos, con muy variadas formaciones, ideologías, creencias
y gustos, en el mismo disfrute y goce,
de una historia que se contó en imágenes que viajan para todos lados,
allá en una pantalla gigante y blanca, casi que obligando a los mismos, a no
permitir que ella, se borre jamás de sus memorias.
Independiente de su nacionalidad, de su época, de su
intención teórica, un clásico es ese filme que queremos ver más de una vez y
del cual sentimos envidia por no haber sido nosotros los que lo hicimos.
Un verdadero clásico cinematográfico, es ese sueño hermoso
que aún habiéndolo tenido uno, otro lo hizo, con sus propios actores y con sus
propias cámaras tomavistas.
Pereira de película, un proyecto del concejal Gallo.
Tomado del Diario del Otún.
El concejal Juan Pablo Gallo radicó ante el
Concejo de Pereira un proyecto de acuerdo que
pretende fomentar la industria del cine en la ciudad y reconocer el valor
cultural del séptimo arte.
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Concejal Juan Pablo Gallo (Fotografía: Diario del Otún) |
El dirigente liberal explicó el alcance del
proyecto: “Por un lado queremos
aprovechar las oportunidades que otorga la Ley de Locaciones de Cine para hacer
de Pereira una ciudad atractiva para el rodaje
de películas nacionales y extranjeras. Por otro lado queremos reconocer y fortalecer
el cine local, el cual ha demostrado ya un buen nivel, pero requiere de todo el
apoyo por parte de la ciudad para lograr un desarrollo competitivo a nivel
nacional e internacional.
Hemos
formulado este proyecto en equipo junto a reconocidos realizadores, directores
y críticos de cine de la ciudad, tratando de que éste sirva como herramienta de
apoyo al sector audiovisual de Pereira”.
El concejal expuso los beneficios que se pueden
alcanzar si la ciudad mira a la industria audiovisual como fuente generadora de
desarrollo: “Pereira de película, es un
concepto que pretende de una manera ambiciosa convertir a la ciudad en meca del
cine nacional al nivel de Bogotá o Cartagena. Pereira cuenta con todas las
ventajas competitivas para abrirse al mundo como destino para el rodaje de
películas, es una gran oportunidad a nivel social, dado que apuntándole a
sectores tecnológicos e innovadores
se pueden generar nuevas oportunidades de empleo y progreso. Además, se cuenta
con una gran fortaleza como es el número y calidad de realizadores locales
listos para trabajar en los proyectos que lleguen”.
El proyecto reconoce el valor cultural del cine:
“El contar con dos festivales de gran prestigio nacional: “El Festival de Cine
del Sur” y “El Encuentro Nacional de Críticos y Periodistas de Cine” realzan la
importancia que para la ciudad ha tenido tradicionalmente el arte y la cultura.
martes, octubre 08, 2013
Splendor.
Por: Germán A. Ossa E.
“SPLENDOR” (1988) es la primera de las
tres películas que rodó Massimo Troisi, bajo la dirección de Ettore Scola. En
ella se entremezclan las vivencias de tres personajes: el propietario de una
nostálgica sala de cine llamada “Splendor” (Don Marcelo Mastroainni), el
encargado de la proyección ( Massimo Troisi) y la taquillera y sensual (Marina
Vlady).

La trama es ésa: el pequeño cine de provincia
que debe cerrarse por falta de
espectadores, pero Scola, con esta película, quiso hacer algo más: un HIMNO al
cine, ese cine que a pesar de todo, no morirá nunca. No era una idea nueva. Ya
otros la habían tenido: Fellini una vez
y Tornatore, otra.
El personaje de Troisi es interesante:
enamorado como un niño del cine, devorando, imagen tras imagen desde su cabina
de proyecciones, rodeado por rollos de películas y manuales sobre cine. Los
divos en pantalla aumentan los sueños e ilusiones de Luigi (Troisi), como de
todos los apasionados como nosotros, por el cine. Es un personaje soñador y
realista al mismo tiempo.
El propietario del Splendor
(Giordan/Mastroianni) era hijo del arte: su padre poseía un cinematógrafo
itinerante, y, de hecho, una de las escenas iniciales en blanco y negro, es la
de un público que, llevando sus propias sillas, se coloca delante de una
pantalla rudimentaria (y éste es el hermoso cartel de la película), para ver un
clásico: “METROPOLIS”, de Fritz Lang.
“Splendor” empieza con la escena de la clausura
del cine y cierra con la misma, con una revuelta de la gente que quiere seguir
teniendo a toda costa su teatro.
La película alterna el color para las imágenes
del presente y el blanco y negro para los recuerdos, ésta es una técnica
recurrente en Scola que ya la había mostrado en “Nos
amamos tanto” con Vittorio Gassman y Nino
Manfredi.
En la película hay una referencia constante
al mejor cine de autor; se respira un aire “felliniano”, un poco barroco y, en
la pantalla del cine ambulante, aparecen
imágenes de obras maestras, desde “La
dolce vita” hasta otras de Dino Risi y unas màs del
extraordinario Bergman.
El cine es en esta película nada más y nada
menos que un lugar mágico, misterioso y fascinante, donde la gente se encuentra
con la esperanza, y, a menudo, la promesa, de una vida mejor y distinta de la
cotidiana.
Cuando Luigi consigue su trabajo en la cabina
de proyección es un momento muy técnico e interesante: la demostración por
parte de su predecesor, de cómo remontar la película en caso de rotura, cómo
efectuar el montaje de ciertos trozos, parece la fase de “cortar” y “pegar” del
montaje de una película.
Desde el punto de vista de la iluminación, la
película tiene un vago sentido de oscuridad debido al hecho de estar rodada
casi completamente en interiores (en la nostálgica sala Splendor).
Giordan, a lo largo de la película hace una
serie de reflexiones sobre quién va al cine, por qué y qué busca. Éste es uno
de los mensajes de la película que hace comprender que Scola haya querido hacer
una reflexión sobre el cine y, quizás, sobre la vida.
Las películas que se han hecho sobre el cine,
hablan del temor que causa pensar en que el cine desaparecerá y de hecho, los
finales son siempre halagüeños.
“Splendor”, siendo tan nostálgica, no es la
excepción.
¡Qué bello homenaje!
Próximo miércoles, 9.octubre.2013, en la sala
alterna del Santiago, esa bella sala que no debe morir…..para el cine.
domingo, septiembre 29, 2013
La noche americana.
Por: Germán A. Ossa E.
Ha llegado un nuevo ciclo en el campo de
los talleres de Apreciación Cinematográfica; se trata de rendirle un homenaje
al Cine.
Al cine se le han dedicado muchas
películas, muchos libros, muchos dramatizados y para el caso que nos ocupa,
hemos seleccionado cuatro espectaculares cintas, con el fin de observar la
mirada que sobre el cine, tienen grandes cineastas de todo el mundo.

“La noche americana” es una película francesa de 1973, dirigida y protagonizada por François Truffaut, junto a Jacqueline Bisset y
Jean-Pierre Léaud en los papeles principales.
La historia narra las tribulaciones de un director de cine durante el rodaje de una película.
El filme toma su título de la técnica cinematográfica del mismo nombre, que consiste en la aplicación de un filtro oscuro sobre
la lente de la cámara para simular que se rueda de noche.
En un estudio de cine en Niza se prepara el rodaje de la película “Je Vous Présente
Paméla”, un melodrama lleno de lugares comunes. Los actores son Alexandre (Jean-Pierre Aumont) y Séverine (Valentina Cortese) estrellas de un tiempo pasado, Alphonse (Jean-Pierre
Léaud), un galán joven y temperamental, con aires de
divo, y una actriz británica, Julie Baker (Jacqueline Bisset).
Entrelazadas en el guion, van apareciendo situaciones reales de la vida de
los actores y del equipo técnico, con sus conflictos personales, como el de
Julie Baker, inestable debido a una crisis nerviosa causada por la controversia
suscitada por su matrimonio con un médico mucho mayor que ella, padre de su ex
esposo. O el de Alphonse, que amenaza con abandonar la filmación cuando su
novia lo deja por uno de los técnicos. O a Alexandre, el veterano, muy
profesional en sus escenas, pero nervioso e impaciente por ir a buscar a un muchacho
al aeropuerto. La veterana estrella Séverine por su parte, tiene problemas con
el alcohol y olvida los textos que tiene que decir, en una memorable escena de
la película.
El desarrollo de la filmación se muestra a través de escenas entre el
personal técnico y el director Ferrand (François Truffaut), que trabajan
intensamente para entregar la película terminada en el tiempo estipulado.
Es una película llena de amor por el amor, de amor por el cine, de amor de
un director a su trabajo y a la gente que lo acompaña. Es una de las más bellas
películas hechas bajo la dictadura hermosa de la “Nueva Ola del Cine Francés”.
Un verdadero homenaje al cine y a todos los que lo amamos.
±
Próximo miércoles, 2 de octubre, a las seis y treinta de la tarde, en la
sala alterna del “Santiago Londoño” de la ciudad de Pereira.
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