Por: Germán A. Ossa E., Geross.
Esta semana corrió un rumor de la muerte de este grande del cine. No es verdad. Está viejo, pero está vivo. Es una leyenda que regaña todavía a Michael, su hijo. Horacio Aldana, mi amigo, me lo recordó y he querido hacerle este reconocimiento escribiendo unos renglones de este hombre que hizo de Van Gogh en una cinta, y del gladiador que liberó a muchos esclavos como Espartaco, en otra joya del cine.
Sus padres eran judíos bielorrusos, origen que le causó
inconvenientes por la influencia del macarthismo dentro y fuera de su
profesión. Desde pequeño se destacó en los deportes, en especial en
lucha libre, desarrollando su físico, y en las artes escénicas fue gran actor y
significativo director. Se graduó en letras en la Universidad de St. Lawrence.
En Nueva York, consiguió una beca en la Academia Norteamericana de Arte
Dramático, lugar en el que permaneció hasta 1939, con 23 años de edad.
Al ser licenciado con honores, y en casa de una amiga, hojeó
una revista de modelos, donde aparecía una hermosa modelo y actriz llamada
Diana Dill, la cual acabaría por ser su esposa en 1943, y con la que tendría
dos hijos: Michael y Joel.

En 1949 interpreta a un boxeador en la película “El ídolo de
barro”, de M. Robson, y que le vale la nominación al Óscar como mejor actor. Kirk
se hizo conocido por su temperamental carácter y sus ideas de izquierda, que le
granjearon enemistades dentro de la alta cúpula de Hollywood y frenaron su
carrera y reconocimientos justificados.
Fue nominado en tres ocasiones para un premio Óscar de la
Academia, aunque nunca lo ganó debido a sus conocidas tendencias izquierdistas;
sin embargo, fue galardonado en 1996 con un Oscar honorífico por sus 50 años de
dedicación a la industria del cine.
Muchos filmes que realizó son épicos, pero la más famosa y
destacable es su actuación en “Espartaco”, de Stanley Kubrick, junto con las no
menos magistrales actuaciones de Peter Ustinov, Charles Laughton y Jean
Simmons. Las interpretaciones de Kirk Douglas son intensas y convincentes.
Otra de sus famosas actuaciones y para la que fue nominado
para Mejor Actor por tercera vez fue en “El loco del pelo rojo”, donde
caracteriza al pintor Vincent Van Gogh y donde actuó Anthony Quinn.
Curiosamente, Quinn sí ganó la estatuilla, como Mejor Actor secundario, por
unos pocos minutos de actuación; ese fue un golpe bajo para Douglas.
Su fama es comparable a la de actores como Sir Laurence
Olivier y Anthony Quinn. Dio a cada uno de sus filmes una marca distintiva
donde la fuerza de sus actuaciones daba a cada film un renombre. Además codirigió
varias películas y sostuvo un singular pleito con Stanley Kubrick por la
producción de algunas de sus películas, lo que le restó fuerza en Hollywood y
de hecho le sesgó en todas las nominaciones a premios.
Intervino tanto en comedias como en dramas y ha encarnado
personajes duros pero de fondo muy vulnerable: “El ídolo de barro” (M. Robson,
1949), “Brigada 21” (W. Wyler, 1951), “Cautivos del mal” (V. Minnelli, 1952) y “Otra
ciudad, otra ley” (J. Kanew, 1986).
Es, aunque ya viejo, un genio. Como su hijo.
Un abrazo Ever,
ResponderEliminarGeross