Por: Germán A. Ossa E., Geross.
Por culpa del Gato, un amigo que a veces, cuando se cansa
de ver buen cine (pirata), me regala una
enorme cantidad de cintas en formato de DVD, hago esta columna de hoy.
Se me ocurrió que podía hacer una corta reseña de un actor
americano, que no es ni ha sido bonito, pero que de manera sutil va a dejar
huella para la historia del cine. Se trata de William (Willem) Dafoe.
Es actor de teatro y en esa calidad vino, hace años, al
Festival de Teatro de Manizales; y pasó desapercibido porque casi nadie sabía
de quién se trataba. Y hace tres años estuvo en el Festival de Cine de
Cartagena y todos los gomosos nos hicimos tomar fotos con él, porque se prestó y
ya sabíamos de quién se trataba. A su lado estuvo siempre la bella actriz y
directora de cine Giada Colagrande, quien venía con la extraordinaria cinta “A
Woman” bajo el brazo.
Su carrera en el cine comenzó en 1980, en “La
puerta del cielo”, aunque su papel fue eliminado durante la edición de la
película. A mediados de la década de 1980 fue seleccionado por William Friedkin
para protagonizar “To Live and Die in L.A.”, donde Dafoe interpreta al
falsificador Rick Masters. Un año más tarde interpretó al líder de una banda de
motociclistas en “The Loveless” (y más tarde hizo un papel similar en “Calles
de fuego”), pero el papel que lo consagró como actor fue el del compasivo Sargento
Elias en “Platoon” (1986), película por la cual recibió su primera nominación
al Oscar como mejor actor de reparto. En 1988 protagonizó sin mucho éxito otra
película ambientada durante la Guerra de Vietnam. Desde ese entonces se
transformó en un popular "actor de carácter".
A menudo ha sido
elegido para interpretar personajes inestables o villanos, como el Duende Verde
en la serie de películas de “Spider-Man”. Antes de esto, fue considerado por
Tim Burton y Sam Hamm para el papel de The Joker en “Batman” (1989). El
director y el guionista pensaban que Dafoe se parecía físicamente al Joker,
pero el rol finalmente fue para Jack Nicholson.
En 1988 interpretó a Jesús de Nazaret en “La última tentación de Cristo”,
de Martin Scorsese, recibiendo la aclamación de la crítica a pesar de la
controversia religiosa generada por la película. En los años siguientes participó en películas
de gran éxito de taquilla, como “Nacido el 4 de julio” (1989), “Corazón salvaje”
(1990) y “El paciente inglés” (1996).
En el año 2000 fue nuevamente nominado al Óscar al mejor
actor de reparto por “La sombra del vampiro”, para la que se sometió a largas
sesiones de maquillaje donde interpretó a Max Schreck, actor protagonista del
clásico del cine de terror “Nosferatu”, de F.W. Murnau. Fue también el Duende
Verde en “Spider-Man”, de Sam Raimi, en la que también debió someterse a un
gran esfuerzo de caracterización. Reapareció puntualmente encarnando el mismo
personaje en las secuelas “Spiderman 2” (2004) y “Spiderman 3” (2007).
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