domingo, febrero 23, 2014

Garage Olimpo.

Por: Germán A. Ossa E.
Esta película argentina, tenaz, dura e inteligente, tiene el valor de contar aquella historia que dejó profunda huella en la memoria colectiva no solo de los habitantes de este país sureño que vivió en carne propia una cruda dictadura en una época reciente, sino de los latinoamericanos todos, que fuimos y seremos solidarios con ellos. Su soporte conceptual se basa en la vida experimentada por los jóvenes de entonces que no pensaban en un mundial de fútbol, sino en los verdugos que les secuestrabas, les torturabas y asesinabas de la forma más cobarde y horrible que se pueda imaginar. Los culpables siguen impunes y esta película servirá al menos para que nadie olvide el horror.


Con un estilo seco y áspero, pero sin caer en la trampa del falso documental, Marco Bechis nos propone un viaje al horror de la dictadura argentina. Una historia de dolor y humillación protagonizada por un verdugo y su víctima que, según avanza, se hace dolorosa y hasta insoportable. De vez en cuando sobran las palabras medidas y las expresiones suaves.  El director no se amilana al denunciar un período tan aciago de la reciente historia de su país, al contrario que los políticos cobardes que silenciaron el hecho o los que promulgaron leyes timoratas que enterraron el recuerdo de los miles de asesinados y desaparecidos. En Argentina, como en Chile o como en España, hace falta valor para decir qué pasó. Lo ha de contar quien lo conoció. Lo ha de relatar quien lo ha vivido y sufrido. No nos toca a nosotros juzgar, pues el tiempo ha sentenciado, pero al menos nos queda apelar a la memoria para que revoque esa injusta vuelta de hoja.


Son muchos los detalles de genialidad que se desprenden de "Garage Olimpo", haciendo que este film sea tan eficaz como denuncia, como lo es como intriga. Utilizando las herramientas del ingenio (los “flash-backs” o vuelta atrás, las “elipsis” o sugerencias tácitas, etc.), más que las que proporciona el ajustado presupuesto y filmando imágenes que oscilan entre el verismo (los paseos urbanos del protagonista) y el simbolismo (los planos aéreos que invocan tanto el final del film como la visión aséptica que desde las alturas y la distancia se tiene de la tragedia), Bechis el realizador y su equipo, han conseguido una magistral película.


Afortunadamente el cine no es sólo entretenimiento. A veces funciona como una lanza luminosa, su metraje es un látigo fustigando la injusticia donde fotogramas (cada una de las imágenes) llenos de verdad y dolor, restriegan  los ojos del espectador. Nadie debería quedar impasible tras la visión de "Garage Olimpo". No se puede uno encontrar de frente con la atrocidad y dejarla pasar de lado. Si ellos lucharon, nosotros tenemos que testimoniar su lucha. Ver esta película nos recuerda lo brutal que puede llegar a ser el hombre. Ver esta película nos ayuda a no olvidar.


Esta cinta es una prueba del valor que tiene el cine para impedir que la historia se pierda del mapa. Es una película que deja huella, tan profunda, que es imposible de borrar, así uno se antoje de cambiar la hoja, deleitando los ojos con otras películas invadidas de comedia o de romances de mil colores.


El miércoles próximo, la veremos los amantes del cine que lo estudiamos, lo queremos y lo respetamos, allá en la sala alterna del “Santiago Londoño”, en Pereira.     

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